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GPS Ciudadano

El gran enigma – Participación electoral 2017

By 03/11/2017No Comments

 

Diversos analistas políticos han planteado en los medios de comunicación que el resultado de la próxima elección presidencial depende del número de personas que vaya a votar. Se ha planteado que si votan pocas personas, es muy probable que el candidato que los diversos sondeos ubican en el primer lugar (Sebastián Piñera) gane en primera vuelta, pero que si votan más personas no sólo habría segunda vuelta sino que el resultado de la misma sería aún incierto. Dada su importancia, estimar la participación electoral es un ejercicio valioso. En Datavoz diseñamos un experimento y, de acuerdo al resultado obtenido, estimamos que concurrirán a votar 6,8 millones de personas el próximo 19 de noviembre. Es decir, un 48% del padrón electoral. A continuación explicamos lo que hicimos.

  1. La motivación:

Para estimar cuán probable es que las personas voten, los encuestadores diseñan cuestionarios en los que incluyen una serie de preguntas de comportamiento electoral. Por ejemplo, preguntan a las personas si votaron en la última elección o cuán probable es que voten en la próxima elección. A modo de ilustración, en la última encuesta CEP (Sep-Oct 2017), un 57.2% indicó que votó en la elección presidencial del 2013 y el 43.2% y un 68.4% respondió o que votará “con toda seguridad irá a votar” o que “probablemente sí” lo hará. Otras encuestas, también entregan proporciones en órdenes de magnitud similares. Por ejemplo, en la encuesta CERC-MORI de septiembre de 2017 un 61%  de los encuestados indicó que iría a votar este 19 de noviembre.

Uno de los problemas metodológicos al que nos enfrentan estas cifras es que algunos encuestados pueden verse impulsados a responder lo que creen que será bien recibido por el encuestador y no lo que realmente hicieron o pretenden hacer en la próxima elección. Las razones para esta suspicacia son claras: la participación electoral en la primera vuelta el 2013 fue de un 49,4% y no de un 57.2% como respondió una muestra aleatoria de personas en la última encuesta CEP.

Por lo tanto, una posible explicación de la diferencia es el sesgo generado por la deseabilidad social que induce a las personas a no declarar sinceramente sus comportamientos electorales. Y la posibilidad de estimar dicho sesgo es el tipo de desafíos que nos gusta en el GPS Ciudadano. Así que nos pusimos manos a la obra.

  1. El diseño del experimento.

Si es verdad que puede introducirse un sesgo de deseabilidad social al preguntar directamente a una persona si votó o no, entonces hay que hacer también la pregunta de forma indirecta para poder estimar dicho sesgo.

Y eso fue lo hicimos.

Preguntamos directamente a cada encuestado si había votado el 2013 y, para preguntar de forma indirecta, utilizamos una técnica conocida como conteo de ítems. Esta técnica consiste en dividir aleatoriamente a los encuestados en dos grupos. Ambos grupos responden el mismo set de preguntas, pero en una de esas preguntas los dos grupos difieren. A un grupo se le pide responder en cuántas de un número de situaciones ha estado y al otro grupo se le presentan las mismas situaciones más el haber votado en la última elección presidencial. Como se trata de dos grupos similares (porque la pertenencia a un grupo fue asignada aleatoriamente), las diferencias obtenidas en dicha pregunta pueden ser vinculadas a la participación electoral. La tabla siguiente resume la pregunta y los ítems preguntados a cada grupo de encuestados. Nótese, que no se le está pidiendo al encuestado que nos diga cuál o cuáles de las actividades realizó, sólo se le pide que diga la cantidad. Un grupo tiene un máximo de 3 opciones y el otro grupo tiene un máximo de 4 opciones.

Tabla 1 – Pregunta utilizada para el conteo de ítems

Para estimar la proporción de participación electoral simplemente se obtiene la diferencia en el valor promedio de esta pregunta entre ambos grupos. Y para estimar el sesgo de deseabilidad social se compara esa proporción con la obtenida de la pregunta directa sobre participación electoral el 2013.

Ahora bien, el dato así obtenido no puede utilizarse directamente fuera de la población encuestada si no se tiene certeza que los encuestados son una muestra representativa de la población de interés, por eso, tuvimos que hacer unos pasos adicionales para poder utilizar la estimación de deseabilidad social. Antes de ir a ello, veamos los resultados obtenidos en la primera etapa del ejercicio.

  1. Los resultados primarios

Aplicamos la encuesta a una muestra online. Respondieron 994 personas en total. De ellas, 508 personas respondieron el cuestionario que incluía sólo 3 ítems y 486 personas respondieron el que contenía 4 ítems incluido el haber votado el 2013. La tabla 2 muestra los valores promedios obtenidos en cada submuestra. Es decir, en el grupo 1, el promedio de los encuestados ha realizado 1.92 de las actividades contempladas en el cuestionario y en el grupo 2, la cantidad promedio sube a 2.58. Por ende, esa diferencia puede atribuirse al hecho de votar. Es decir, un 67% sería la estimación de participación electoral en el conjunto de las 994 personas (Nota: no extrapolable fuera de esa población). No obstante, al preguntársele directamente si habían votado, el 83% había dicho que sí. Es decir, aproximadamente, 1 de cada 5 encuestados respondía que sí había votado motivado por el sesgo de deseabilidad social.

Tabla 2 – Promedios de las respuestas en el conteo de ítems

La tabla 2 también incluye una columna con datos ponderados para poder extrapolar desde la muestra. Como se trata de una muestra de usuarios de correos electrónicos, la ponderación debe basarse en ese universo poblacional. Para ello, utilizamos como fundamento de la ponderación la Séptima Encuesta de Acceso, Usos y Usuarios de Internet (Subtel). Con la ponderación los resultados son ligeramente diferentes en términos de deseabilidad social: en la muestra ponderada, aproximadamente uno de 1 de cada 4 encuestados estaría siendo objeto del sesgo de deseabilidad.

No obstante, la población que usa regularmente el correo electrónico es sólo un subconjunto de la población general habilitada para votar. Por ende, el asumir a esas muestras poblacionales como representativas del conjunto de la población en edad de votar no sería un ejercicio recomendable (Nota fuera de tópico: tenga precaución al leer e interpretar encuestas online de intención de voto). Sin embargo, sí nos parece razonable asumir que los sesgos de deseabilidad social estimados desde esa población no deberían ser significativamente distintos al de la población general. Es decir, proponemos utilizar los sesgos estimados para corregir las respuestas de participación electoral en encuestas que tengan una mejor representación de la población general que la creada para este experimento.

  1. De los resultado primarios al padrón electoral.

De las encuestas disponibles para hacer este ejercicio de extrapolación hemos seleccionado la encuesta CEP de Sep-Oct del 2017 cuya base de datos ya se encuentra disponible para los analistas interesados en el sitio web del CEP. Tenemos muy buenas razones para confiar en usar esa base como referencia para nuestro ejercicio (full disclosure: Datavoz es la encargada de hacer el diseño de las muestras, supervisar y ponderar la base de datos de la encuesta CEP).

Como mencionamos al inicio, en la encuesta CEP, aproximadamente el 57% declara haber votado el 2013. Adicionalmente, el 68.4% indica que o votará con toda seguridad en la elección del 19 de noviembre o es probable que lo haga. Al aplicar las tasas de sesgo de deseabilidad a los resultados de la encuesta CEP, se obtienen los datos de la Tabla 3. Son cuatro los escenarios en un rango de 42,3% a 53,2% dependiendo del supuesto utilizado y la pregunta sobre la cual se aplica el factor. Considerando que según el SERVEL, el padrón electoral actual está compuesto por 14.308.151 personas, nuestra estimación se ubica en un rango entre 6,6 y 7,0 millones de personas. Al no tener un criterio para asignar más o menos probabilidad a ningún valor en dicho rango, nuestra estimación de participación electoral es el valor esperado de una distribución uniforme dentro del rango, es decir: 6,8 millones de votantes.

Tabla 3 – Corrección del sesgo aplicado a encuesta CEP Sep-Oct 2017

Ciertamente, otros tipos de sesgos pueden estar explicando las discrepancias entre lo que las personas dicen haber hecho y los resultados oficiales de participación electoral. Por ejemplo, podría ser el caso que la población que responde encuestas tenga una mayor inclinación a votar que las que deciden no responder. También podría darse la circunstancia que las personas confunden las votaciones en las que participaron y, tiendan a sobre representar su conducta como votante. En definitiva, la propuesta planteada en este informe del GPS Ciudadano debe ser leído con las reservas y cautelas del caso y sólo tiene por objeto contribuir a un debate que es muy relevante para el sistema electoral chileno. Las bases de datos generadas para hacer este informe quedarán a disposición de los investigadores y personas interesadas en los próximos días. Para ello deberán contactarse con nosotros a nuestro email: contacto@datavoz.cl

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